Un nuevo viaje a Túnez, una nueva aventura y nuevos lugares que descubrir. Este viaje de exploración lo realizamos 6 personas y tres 4×4. Vamos un Mitsu L200, una Nissan Navara y un Toyota Land Cruiser. Los aventureros somos Jon y Nuria, Josu y Eunate, y Rodrigo con Mario de copiloto. Esta es la aventura:
Día 18 oct. Llegamos al puerto de Marsella con más de tres horas de antelación, aún así hay muchos vehículos realizando los trámites para entrar al ferry. Nos armamos de paciencia, billetes, pasaporte, registro de los coches, etc. En el registro de la Nissan Navara a Josu le retiran una navaja que llevaba a la vista, muy peligroso, luego en el restaurante hay cuchillos a discreción por si se nos ocurre provocar un incidente. Por fin partimos de Marsella con más de una hora de retraso, en el bar del barco nos tomamos unas cervezas charlando con una pareja de valencianos que van en otro grupo de tres coches.
Día 19 oct. Desembarcamos en el puerto de la Goulette por la tarde, a Rodrigo y Mario los meten por equivocación en la fila de los tunecinos en vez de ir en la cola de los «guiris», resultado: salen una hora más tarde del puerto. Una vez juntos de nuevo cambiamos dinero, repostamos los coches y nos despedimos de nuevo. Yo me voy al aeropuerto de Túnez a recoger a las chicas y ellos marchan directos para Kairouan. Las chicas y yo llegamos al hotel a las 4.30 de la mañana.
Día 20 oct. Por la mañana visitamos Kairouan, su medina y su mezquita. Hay pocos turistas, los tunecinos nos dejan bastante tranquilos a excepción de los que regentan tiendas de souvenirs que siempre reclaman nuestra presencia. Nos despedimos de la cuarta ciudad santa del Islam y tras un enlace de carretera llegamos a las ruinas romanas de Sbeitla. Nuestro guía nos ameniza la visita con bromas y datos históricos de esta antigua urbe. En Gafsa nos alojamos en el hotel Jugurtha que su decoración parece salida de una serie de la India, curioso.
Día 21 oct. Comenzamos haciendo la «Pista de Rommel», un camino cementado que desciende de la meseta hacia la llanura desértica que se encuentra frente a nosotros. Históricamente fue utilizada por las tropas del general alemán para escapar de los aliados que los hostigaban. Descendemos la pista cementada para llegar hasta los oasis de montaña de Chebika y Tameghza. Comemos en un restaurante junto a una de sus cascadas.
Ya con las pilas cargadas nos dirigimos hacia el poblado de Star Wars, entramos en pista y por el camino nos sacamos una foto en un curioso castillo. Finalizamos el día en Tozeur, un buen hotel y un buen descanso, el desierto ya está cerca.
Día 22 oct. Empieza la aventura propiamente dicha, hoy llegamos al desierto. Antes de llegar a Douz hacemos una parada en Chott el jerid para sacarnos la foto con el autobús abandonado.
En Douz repostamos a tope, el gasóleo está a 0,60€ el litro así que llenamos los depósitos auxiliares con alegría. Compramos agua para los próximos 4 días, nos tomamos un café y recogemos los permisos para entrar al desierto. Una carretera nos lleva hacia el sur y según avanzamos la carretera se convierte en una pista de arena, más adelante nos encontramos con mucha arena, pequeñas dunas y de vez en cuando algún cordón de dunas de cierta entidad. A mediodía llegamos al refugio de El Boum y aprovechamos su sombra para comer.
Tras una tarde disfrutando de la arena sorteando dunas bajas y en la soledad del desierto llegamos a las inmediaciones de Ksar Ghilane. Antes de llegar al oasis visitamos el fuerte romano con buenas vistas del desierto que nos rodea.
En Ksar Ghilane un 4×4 de la policía sale a nuestro encuentro, le enseñamos los permisos y les damos nuestros datos. Se quedan conformes y muy amablemente nos dejan continuar hacia el sur. Justo al anochecer llegamos a nuestro campamento de haimas junto a las dunas. Camas limpias, una reparadora ducha y una buena cena. Mañana será otro día.
Día 23 oct. Desayunamos en el campamento y con las pilas cargadas cruzamos el primer cordón de dunas. Avanzamos ligeros, las dunas tienen su complicación pero los kilómetros van quedando atrás, de vez en cuando alguna enganchada en arena blanda pero lo resolvemos con rapidez. A media mañana logramos nuestro primer objetivo, el pozo de Midah.
Nos refrescamos con el agua del pozo y vemos como abreva un rebaño de camellos. Continuamos ruta hacia las montañas de Gour el Kleb. La tarde se complica, las dunas se vuelven más blandas y los atascos se suceden.
Las planchas y las eslingas empiezan a usarse demasiado, estamos cansados y está a punto de anochecer. Estamos a 15 km en línea recta del oasis de Errached pero tenemos claro que ya no nos da tiempo a llegar. Instalamos nuestro campamento, una buena cena y una buena fogata, justo lo que necesitamos para mañana empezar con buen pie!
Día 24 oct. Una vez recogido el campamento continuamos la marcha, las dunas son difíciles y ayer estábamos un poco desanimados del escaso avance. El amanecer se alía con nosotros y a la hora de dunear encontramos el camino que nos lleva a Errached. A media mañana se nos aparece ante nuestra vista, hace calor y la vista de sus aguas es un aliciente para refrescarnos en su estanque.
Pasamos el día en el oasis, comemos en el chiringuito de Carlo el tunecino y nos damos varios baños, hay una zona de agua caliente y otra de fría, no se puede pedir más!
Una hora antes del anochecer partimos del oasis hacia el norte, hacia la montaña de Tembaine.
Día 25 oct. Desde el oasis de Errached hasta la montaña de Tembaine hay unos 45 kilómetros. Las cordilleras de dunas y los valles se suceden, a veces encontramos rodadas que nos facilitan el avance, otras veces no nos queda más remedio que ir abriendo camino. Dejamos a nuestra izquierda la pequeña meseta de Tineswane según avanzamos hacia el norte. Llegamos a un último valle con su cordillera que nos impide el paso a Tembaine. No nos apetece rodearla perdiendo el tiempo así que a pie la ascendemos para buscar un posible paso. Al rato lo encontramos y subimos las dos pick ups, el Toyota de Rodrigo se encuentra con la arena muy batida y por un momento pensamos que no podrá seguirnos, le bajamos la presión de los neumáticos en dos decimas y en la última oportunidad consigue llegar a la cima de la cordillera! lo logramos!
A los pies de la montaña de Timbaine hacemos una parada para comer y descansar en su chiringuito. Ha sido un día intenso y emocionante. Hemos cruzado cordilleras de dunas complicadas, algún atasco y Josu ha tenido que hacer una reparación de emergencia. Todo ha salido bien y estamos contentos. Solo quedan un par de horas de luz y salimos hacia Ksar Ghilane, la meta final de nuestro recorrido por el Gran erg oriental tunecino.
Día 26 oct. Comenzamos la mañana duneando. Las dunas se complican, la arena es blanda, cuesta avanzar y seguir el rumbo. Estamos a 38 km de Ksar Ghilane pero tenemos que cambiar de dirección e ir hacia el norte. La Nissan Navara vuelve a tener problemas en el eje delantero y no podemos arriesgar a una rotura entre las dunas. Cogemos la pista del norte que dando un rodeo nos lleva hasta el oasis. El recorrido es bonito y disfrutamos la pista con sus zonas arenosas. Unos kilómetros antes de llegar al oasis ponemos las tiendas y preparamos unos chorizitos en el fuego de la hoguera.
Día 27 oct. Llegamos a Ksar Ghilane, el Benidorm del desierto. Decenas de turistas pululan por este oasis, unos montándose en quads para dar paseos por los alrededores, otros para montar en camello, algunos de tiendas, otros pegándose un baño en el estanque y los hay que buscan la sombra para tomar un café en alguno de los chiringuitos. Nos integramos a la perfección como uno más y disfrutamos de lo que nos ofrece este oasis tan concurrido.
Nos despedimos del desierto y una pista en rumbo este nos lleva hasta el pueblo bereber de Chenini. Recorremos sus ruinas en lo alto de la colina, exploramos sus calles y disfrutamos del paisaje que nos ofrece este enclave tan pintoresco.
Nuestra segunda visita de la tarde es al Ksar Ouled Soltane, un antiguo granero fortificado que en su día se utilizó para hacer tomas de la película de la Guerra de las Galaxias. Un buen lugar para tomar un té y disfrutar de los últimos rayos de sol.
Día 28 oct. Salimos de Tataouine y en un par de horas llegamos a la isla de Djerba. Hotel a pensión completa, piscina, playa y relax. Por la tarde visitamos la capital Houm el Souk, el zoco, la mezquita turca y el castillo de Ghazi Mustapha, una antigua fortaleza con pasado español.
Día 29 oct. Día de enlace por carretera hasta Hammamet. Por el camino hacemos la obligada parada para visitar el anfiteatro de El Jem. Una colosal construcción de la antigua Roma que merece la pena ser vista. Comemos en el restaurante Hana frente al coliseo. Pinchos morunos excelentes y el dueño hablaba español, genial!
Día 30 oct. Hammamet es una población dedicada al turismo, dispone frente a la playa de varias líneas de hoteles, algunos de ellos en desuso debido a la caída del turismo debido a la primavera árabe, atentados islamistas y finalmente el covid. Aún así es una localidad con mucha vida, aprovechamos la jornada para descansar en el hotel, lavar los coches y visitar su centro urbano haciendo las últimas compras.
Día 31 oct. Madrugamos para llegar a una hora prudente al ferry. Un poco de cola para coger los billetes y los trámites fronterizos antes de entrar en el barco. Las chicas ya están en casa, ayer las llevamos al aeropuerto. Cogemos nuestros camarotes y nos sentamos en el bar del barco mirando hacia tierra…
El viaje ha terminado, mañana estaremos en Marsella y a la noche en casa. Como diría mi viejo amigo Mario «Un viaje más, un viaje menos». Una aventura completada con éxito, un país que nos ha tratado con amabilidad, personas nuevas que hemos conocido, risas, emociones, sorpresas y un desierto complicado que ya conocíamos que nos ha confirmado su dureza.
Jon Rodríguez. SIROCCO 4×4